¿Nacidos para perder?
¿Sientes a veces que no tienes
remedio por que no puedes dejar de pecar? Ya sé, no pecados “mortales”, de los
que son causa de escándalo y disciplina de la iglesia. Son más peligrosos y
terribles porque están en el alma, en la mente, en algún lugar de nuestro ser
que no podemos alcanzar. Los demás me consideran “bueno”, pero yo sé que “soy
un pobre miserable”. Y me consuela saber
que al apóstol pablo le ocurrió lo mismo, cuando
ya era santo.
El pastor Carlyle B. Haynes fue
gran predicador. Un baluarte para el pueblo de Dios. Su mismo nombre inspiraba
confianza en la posibilidad de la victoria para el cristiano. Predicador,
escritor, consejero, inspiración para todos.
Sin embargo, los primeros 15 años como predicador sentía que no tenia
poder sobre el pecado en su vida. Aquello comenzó a inquietarlo, e intento
encontrar un remedio para vivir una vida más correcta y escrupulosa.
Predicó con mayor energía. Se sumergió
en todas las actividades del ministerio. Pero no había paz. De hecho, mientras más
trabajaba más profunda se sentía su impotencia. No tenía poder contra la
tentación y una y otra vez cedía, sufriendo derrotas espirituales.
Comenzó a preguntarse si, después
de todo, había poder en el evangelio para ayudarle a vivir una vida victoriosa.
Finalmente llego a una tremenda crisis personal. Le asalto el desesperante
pensamiento de que durante 15 años había predicado en vano y que estaba
perdido, completamente perdido. No estaba haciendo nada conscientemente mal, y
sin embargo, sentía que era un hombre perdido a la vista de Dios.
Gracias a Dios el señor obro en
el poderosamente a través de su ministerio. Lo que debes comprender es lo que
significa venir a Dios. ¿Cómo se convierte un hombre en un ser justo delante de
Dios? ¿portándose bien y viviendo una vida recta? Por supuesto que no. No depende de lo que hagamos y no hagamos.
Depende de que experimentemos una entrega completa de nuestra vida a Dios.
No creas que ya lo hiciste el día
que te bautizaste. Es algo que uno aprende hacer en cada momento de la vida.
Cuando sientes que has pecado, de rodillas y con lágrimas en los ojos dile a
Dios que quieres ser su siervo. Cuando sientes que estas bien, con alabanza y
adoración. Entregarte a Cristo siempre, no por que sientes necesidad de vencer
un pecado en particular, o porque te sientas perdido; si no porque ya
aprendiste que “separados” de Dios no se puede vivir.
Entrega tu vida en este momento a
Cristo. Dile que deseas que viva en ti.
¿Nacidos para perder?
Reviewed by SAM
on
11/15/2016
Rating:

No hay comentarios:
Algo que aportar, alguna impresion te causo este tema, cuentanos.