Dios siempre vigila

Con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan las naciones. ¡Que no se levanten con Él los rebeldes! Salmos 66:7

Hace poco quede impactado por algo que nunca había pensado que pudiera ocurrir. Mi hijo me llevo por Internet al sitio google earth donde pudimos ver nuestra casa fotografiada. Los satélites han hecho un levantamiento cartográfico de todas las ciudades, de modo que se pueden ver prácticamente todos los edificios públicos y todas las viviendas particulares de todo el mundo.

Y la información está al alcance de cualquiera que acceda al mencionado sitio, sin ninguna restricción.

Así que es de suponer que la información para uso militar que tienen disponibles las grandes potencias es de tal magnitud que probablemente baste para vigilar a una persona en particular en el momento y lugar que se quiera. No hay forma humana de esconderse. todo el planeta está vigilado por ojos electrónicos a los que casi nada se les puede escapar.

¡Cuánto más real y posible es para Dios vigilar a las acciones como dice nuestro versículo de hoy! Que real me resulta ahora esta declaración: El señor está en su santo templo, en el cielo tiene el Señor su trono, y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina. (salmos 11:4). Lo más maravilloso es que tiene la capacidad y el interés para vigilar amorosa y atentamente a los suyos: Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones. (sal 34:15)

¿No te resulta inquietante saber que Dios ve claramente todo lo que hacemos en la noche más oscura y en el más recóndito escondrijo? No podemos escondernos de Dios. Él sabe todo lo que hacemos y pensamos. NO olvides que nuestros pensamientos y deseos mas íntimos, cuando nos detenemos mucho en ellos, nuestra conciencia los registra como hechos.

Es más animador, sin embargo, saber que Dios vigila y cuida constantemente a los suyos, para protegerlos y suplir sus necesidades. “Los ojos de Jehová están sobre los justos”. Nunca los pierde de vista. Dios nos cuida más de lo que una madre cuida a su hijo cuando anda entre una multitud. EL amor de la madre y su temor de perder a su hijo le dan la capacidad de vigilarlo con extremo cuidado. Con el mismo amor, pero con mucha mayor eficacia, cuida el señor de los suyos.

Confía en Dios. Preséntale todas tus necesidades. Pon bajo su cuidado tu seguridad personal. Él nunca falla, pues su constante afán por impedir que te pierdas han hecho que todo el potencial de amor del universo se haya puesto a favor tuyo.